#TenemosMemoria: Crimen de Barbados


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por: Claudio Fernández

Un día como hoy, pero hace 42 años, fue cometido uno de los peores atentados que se han ejecutado contra el pueblo de Cuba. El derribo del avión de Barbados, que se precipitó al mar con su carga de vidas cubanas, guyanesas y norcoreanas, nunca ha podido ser olvidado.  Fueron 73 las vidas segadas, que no tuvieron la más mínima opción para salvarse,  que vivieron intensos momentos de terror y angustia antes de que el DC-8, herido de muerte, se precipitara al mar. El «autobús con los perros» se había caído, y los terroristas estaban satisfechos.

Génesis de un atentado

Fueron Luis posada Carriles y Orlando Bosch quienes lo prepararon todo desde Caracas, y junto a la DISIP le proporcionaron a Freddy Lugo y a Hernán Ricardo los materiales necesarios para cometer el crimen. Usaron pasaportes falsos, les fueron otorgados 25 mil dólares como pago a sus servicios y además les facilitaron el acceso a los explosivos usados, que se presume haya sido dinamita o C4.

Lugo y Ricardo toman el vuelo CU-455 en Trinidad y Tobago. A  pesar de haber sido tomadas las medidas necesarias en el aeropuerto de Trinidad y Tobago para evitar un atentado terrorista, el aeropuerto no tenía la técnica necesaria para detectar explosivos ocultos, por lo que los terroristas logran subirlos a bordo sin ser descubiertos.

A los 20 minutos de vuelo, Hernán Ricardo va al baño, donde presuntamente colocó la segunda bomba que haría explosión. Pero los nervios lo traicionan y se queda encerrado en el baño, hasta que el piloto y una aeromoza lo ayudan a salir.

Durante la escala que hace el avión en Barbados, los dos terroristas se bajan del avión, que ya tenía sembrada la muerte en su interior, y se dirigen a un hotel.

Caos y muerte

Cerca de las 12 del mediodía del 6 de octubre de 1976, comienza su última maniobra de despegue el DC-8 cubano del aeropuerto de Seawell, Barbados. A bordo todos ignoraban lo que el destino les tenía deparado, y que apenas les quedaban unos minutos de vida. A las 12:23 minutos se oye el primer estampido y el copiloto informa que han tenido una explosión en la cabina de pasajeros. Rápidamente dan un giro al avión para llevarlo de vuelta al aeropuerto, distante a unos 45km, y donde todas las medidas estaban tomadas para atender esta emergencia.

Mientras los pilotos trataban de recobrar el control del aparato, un humo denso y el fuego se esparcían por la zona de pasajeros, haciendo pasar un infierno a los que estaban allí. El avión se aproxima a Seawell, y justo cuando comienzan a preparar las maniobras de aterrizaje, y aún sobre el océano, explota la segunda bomba en el área de los baños, averiando el sistema de control de la aeronave. El piloto pierde el control del aparato, y solo puede hacerlo girar para evitar que caiga en la playa llena de turistas, que ven con asombro como un avión envuelto en humo se precipita hacia su destrucción.

 No fue accidente, fue atentado

Al recibirse la noticia de la caída del avión, se forma una comisión investigadora, integrada por varios peritos, entre ellos el cubano Julio Lara Alonso, que demostraron contundentemente que se trataba de un acto terrorista, a pesar de que los medios informativos trataron de dibujar un supuesto mal funcionamiento de la aeronave.

El día 7 de octubre se supo la trágica verdad, las 73 personas a bordo habían muerto, y solo 15 cadáveres emergieron de las profundidades del mar, entre ellos el de una niña guyanesa, el único que pudo ser reconocido sin aplicar técnicas forenses.

Las investigaciones posteriores de la policía barbadense, de la de trinidad y la venezolana, identificaron a los autores. El zarpazo había sido dado por Luis Clemente Posada Carriles, Orlando Bosch Ávila, Freddy Luego y Hernán Ricardo. Fueron apresados primeramente los dos últimos, que confesaron el crimen, dieron a conocer quienes los patrocinaron, y hablaron incluso de otros atentados que habían hecho bajo órdenes de la CIA.

Cuba

Mientras, toda Cuba lloraba a sus hijos junto a las familias de las víctimas. El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz inmortalizó este sufrimiento en el acto de despedida de las víctimas, al decir la famosa frase: “Y cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla”.

Legado

A partir de entonces, se ha tomado el día 6 de octubre como día de la lucha contra el terrorismo en nuestro país. A pesar del tiempo transcurrido, los familiares de las víctimas nunca han recibido justicia, los autores del atentado vivieron su vejez en los Estados Unidos, amparados por el gobierno de ese país en pago a los servicios prestados. Huérfanos, viudas, madres, padres, todo un pueblo exige aún que los responsables que quedan vivos, paguen por sus crímenes.

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