Por Jesús Arboleya
Un amigo, cuya capacidad respeto mucho, me comentó que el discurso de la Unión, pronunciado por Donald Trump ante el Congreso norteamericano el pasado primero de febrero, había tenido un tono “moderado”. Al tratar de profundizar en las razones de su apreciación, llegamos a la conclusión de que, dado los antecedentes de personaje, esperaba algo peor. Seguir leyendo