Por: Dr. C. Oscar Julián Villar Barroso*
El evento al que por estos meses se visualiza en Ucrania, y que está siendo muy mal contado por los medios transnacionales de Occidente, está enfocado en otra dirección y no tiene nada que ver con los motivos humanitarios y de respeto a la integridad de los Estados que se esgrimen hipócritamente desde Washington y Bruselas, aunque nosotros estamos a favor del respeto de principios como el respeto a la soberanía, la integridad de los Estados, el derecho a la libre elección del régimen político y social de cada nación y el respeto por todos y cada uno de los derechos humanos y en contra de las políticas estadounidenses enfocadas a provocar el cambio de régimen en cualquier país del mundo, siempre a favor de los grupos que defienden sus intereses y en Ucrania esto viene ocurriendo desde hace algún tiempo.
Sin embargo, el blanco de toda esta crisis en el pasado 2014 es la sinergia sino-rusa, que ha contribuido al retroceso hegemónico de Estados Unidos en Eurasia y al avance del proyecto de multilateralidad que ambos impulsan en el mundo en sus distintos espacios.
Una verdad de perogrullo es que China en lo económico y Rusia en lo militar, son los únicos dos países capaces de enfrentar de manera contestataria al poderío de Washington y unidos son lo suficientemente potentes para actuar en contra de todos los aspectos de su proyecto hegemónico a escala global.
De ahí que para Washington se haya hecho preciso dinamitar la confianza que han ido construyendo Moscú y Beijing y, en la medida de las posibilidades, arrinconarlos en sus territorios y acercar a sus fronteras el poderío militar de la alianza atlántica y si ello implica, como lo que se proponían con este cambio de régimen en Kiev, desalojar a Rusia de un enclave como Crimea, de considerables atributos geopolíticos. Pues mucho mejor.
Sin embargo, los promotores de esta nueva aventura injerencista desconocieron una vez más la historia y luego de que las cosas se le fueron de la mano, no les ha quedado más remedio que recurrir a lo que siempre hacen, promover sanciones contra Moscú y acusarla de intervención en Ucrania y observar impasibles como el ejército antiucraniano de Kiev bombardea las regiones que se han pronunciado en contra de su agenda y aspiran a separarse de Ucrania, como ya lo hizo la península de Crimea.
La sinergia sino-rusa. Blanco principal del cambio de régimen en Kiev
Se impone explicar en qué consiste el Juego estratégico que está siguiendo Washington en este conflicto. Rusia y China mantienen en un altísimo perfil sus relaciones bilaterales, pero también son socios estratégicos en el G-20, en el club BRICS de potencias emergentes y en la Organización de Cooperación de Shanghái. Sus objetivos principales en estos y otros foros los podríamos articular en tres direcciones, política, financiera y económica a través de:
- La emergencia de un mundo multipolar justo y equilibrado, sin la intimidación del imperio estadounidense y sus bases militares.
- Articulación de un sistema financiero internacional más equilibrado, sin la tiranía de los petrodólares y que incluya una cesta de divisas más amplia y coherente.
- Establecimiento de un enfoque comercial menos egoísta y que promueva el beneficio mutuo de todas las partes y contribuya al desarrollo económico global.
Un mundo multipolar también implica, por definición, a la OTAN fuera de Eurasia, la que desde el punto de vista de Washington es la razón principal para interferir en Ucrania. En términos de los “euroasianistas”, es como si, después de ser expulsada de Afganistán por un montón de campesinos con kalashnikovs, la OTAN estuviera regresando a través de Ucrania.
Por otra parte, al Pentágono, luego de sus descalabros militares en esas guerras que no gana, aunque destruye lo que encuentra a su paso y no consigue sus objetivos, le hacía falta restablecer la prioridad por la alianza atlántica entre sus aliados “incondicionales” de Europa, quienes inmersos en la crisis desde 2008 se estaban pronunciando por rebajar sus contribuciones, lo que no era del agrado del Premio Nobel de la Guerra Barack Husein Obama, quien con esta nueva escalada militar en territorio europeo y luego de haber renovado el fantasma de la amenaza rusa, ya parece haber encauzado nuevamente a Europa a sus planes belicistas.
Es tremendamente complejo analizar una crisis en pleno desarrollo como la de Ucrania y la península de Crimea, ya que cualquier conclusión puede quedar desfasada en cuestión de horas. Sin embargo, sí que es posible detallar algunas de las claves del conflicto, en general ignoradas, por la legión de expertos sobre la región que repentinamente han proliferado en los medios de comunicación de Occidente.
La actual prueba de fuerza entre Washington y Moscú nos hace perder de vista las condiciones que rodearon el cambio de régimen en Kiev y las consecuencias de ese hecho. Más allá de las acusaciones entre pro-rusos y pro-estadounidenses, el hecho es que el nuevo régimen llegó al poder mediante un golpe de Estado orquestado por Estados Unidos y algunos de sus aliados, sobre todo polacos.
También es posible que una parte del pueblo ucraniano se haya sentido satisfecho con el cambio, pero también es probable que no tarde en darse cuenta de que esta mutación se ha hecho en detrimento de sus propios intereses y que serán ellos los que tendrán que pagar por las aventuras de sus políticos-oligarcas.
Volviendo a la repercusión del desenlace del “Maidán”, la primera de ellas fue el cambio de jurisdicción de Crimea, que pasó de ser territorio de Ucrania a convertirse en un sujeto federal de Rusia. Según datos de las diversas agencias, más del 83% de los electores de Crimea participaron en el referéndum sobre la reunificación con Rusia, y de ellos, una aplastante mayoría –más del 93%– votó a favor de la separación de Ucrania y del regreso de la península a la Federación Rusa.
No se puede perder de vista que la población de Crimea nunca habría tomado ese camino –y Rusia nunca la habría respaldado– si Ucrania no hubiese caído en manos de las fuerzas que orquestaron el «cambio de régimen».
Por otra parte, se impone señalar, que a los ucranianos les habían vendido un mito, los han engañado con en 1991, 2004 y otras tantas veces. Los ucranianos, sobre todo la juventud, sueñan con la Unión Europea, la libertad de viajar, el confort, los buenos sueldos, la prosperidad, etc. Y con esto, desde la perestroika, han venido especulando los gobiernos occidentales y sus acólitos locales, pero en realidad, lo que le proponían al país no era su adhesión a la organización continental, no se trataba de la libre circulación de las personas, todo eso era un engaño, la propuesta era leonina para Ucrania y por eso Yanukovich declinó a última hora. Se puede asegurar entonces que la UE le ofrecía muy pocas cosas a los ucranianos:
- El desarrollo del libre comercio
- La importación masiva de productos occidentales por parte de Kiev.
- La imposición de estándares europeos en los productos con posibilidades de ser exportados a la Unión Europea, lo que genera importantes obstáculos a la exportación ucraniana.
Vale señalar entonces, que las multinacionales tienen aún mucho que aprovechar en Ucrania y es lo que Obama ha tratado de promover, por ejemplo: algunas industrias, los oleoductos y los gasoductos, las tierras fértiles y la mano de obra calificada.
Ello nos lleva a asegurar que las acciones de desestabilización en Ucrania que condujeron finalmente al golpe de estado contra el gobierno de Yanukovich -cambio de régimen- respondieron a campañas de subversión promovidas por Estados Unidos y esto está estrechamente relacionado con que la clase dominante estadounidense no oculta sus intenciones de debilitar a Rusia y devolverla a la situación “semicolonial” que mostraba tras el colapso del campo socialista, en momentos en que Moscú ha tenido éxito en la reconfiguración del espacio postsoviético a través del reforzamiento de ciertos mecanismos como:
- La Organización de Cooperación de Shanghái (junto a China y 4 países de Asia Central)
- La Unión Económica Euroasiática (junto a Belarús y Kazajstán)
Aspectos históricos de las relaciones entre Rusia y Ucrania
¿Qué significa la palabra Ucrania?
•У (Preposición) = en; cerca; junto
•Крайне = Borde; periferia; extremo
•Se mencionó por vez primera en 1609 para referirse a los que se encontraban en la periferia del principado de Moscú, es decir el У- Крайнец
¿Cómo se ha ido configurando territorialmente ese “país”?
A pesar de lo que aparece en este mapa, todo posterior a la Invasión Tártaro-Mongola por el Este y de Polonia y Lituania por el Oeste, que redujeron y desmembraron al antiguo Imperio Ruso, se impone señalar que el estado ruso surgió en el territorio de lo que hoy conocemos como Ucrania y la madre de las ciudades rusas no es Moscú, es precisamente Kiev, la actual capital de Ucrania, los pueblos ruso, bielorruso y ucraniano de hoy tienen un origen y una evolución común y son pero muchísimas más las cosas que les unen, que las que les separan.
Por ello cuesta trabajo escuchar en los medios que Rusia es enemigo de Ucrania o de que el pueblo ucraniano siente odio por los rusos. Eso es un despropósito mayor, ambos pueblos, ucranianos y rusos son casi lo mismo, han andado juntos por más de un milenio, comparten muchísimas similitudes y han asumido juntos las mayores amenazas a las que se han enfrentado durante su historia.
Para nosotros los cubanos, muchos de los cuales estudiamos en la URSS, fundamentalmente en universidades y escuelas en Rusia y Ucrania, resulta doloroso ver lo que está ocurriendo en el territorio de ese hermano país al que nos unen lazos muy sólidos, muchos ucranianos y rusos prestaron servicios en Cuba como parte de la colaboración económica civil y militar que la Unión Soviética ofreció a nuestra patria, en África también compartimos con ellos en el cumplimiento de misiones internacionalistas y en Cuba se atendieron a más de 24 000 niños víctimas de la catástrofe nuclear de Chernobil, la mayoría de ellos ucranianos, en Cuba viven más de tres mil ciudadanas procedentes de la URSS y sus descendientes, la mayoría son rusas y ucranianas, por lo que con ambos pueblos nos unen lazos inquebrantables. En próximos trabajos abordaremos aspectos significativos del conflicto ucraniano y sus consecuencia en la política internacional.
*Profesor Titular en Historia Contemporánea y Relaciones Internacionales